Querida Hermana Labrum, creo que cada vez le extraño mas, hace poco leímos la carta que nos envió, me emocione muchísimo y me di cuenta de que nunca tuve la oportunidad de agradecerle por todo lo que hizo por nosotros aquí, porque usted me ayudó mucho en tiempos difíciles, en parte gracias a usted volví a la capilla, mi testimonio se fortaleció, y volvió mi deseo de servir una misión mas que nunca, gracias, gracias por ser un ejemplo, una amiga, una hermana, sinceramente y de todo corazón puedo decir que le amo!
Espero saber de usted muy muy pronto y que tenga una muy buena semana!
Con amor, Diana
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